La Guerra y la Paz

 Durante la mayor parte de la historia, la guerra fue el pasatiempo natural de los Gobiernos, y el estado normal de las cosas; lo raro era tener paz. Durante los últimos 500 años las guerras de las grandes potencias eran cada vez más breves y menos frecuentes, aunque más letales debido a la evolución tecnológica de los armamentos. Pero esto dio un giro brusco luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.




La guerra, entendida como batalla entre dos países, prácticamente ha quedado obsoleta; la última fue EE.UU vs Irak en 2003.

En Colombia se llegó a un acuerdo de Paz en 2016 con las FARC,  lo cual puso fin al último conflicto político armado del hemisferio occidental, y lo último que quedaba de la Guerra Fría.

Actualmente las guerras del mundo se concentran casi exclusivamente en la zona que va desde Nigeria hasta Pakistán (curiosamente es un área similar a la que sigue teniendo poliomielitis, la única parte de todo el mundo en donde falta erradicar esta terrible enfermedad). La pero de las guerras en curso es la de Siria.  



¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE QUE HAYA MENOS GUERRAS QUE ANTES?

A pesar de que grandes pensadores ya intentaban buscar soluciones a las guerras desde hace mucho tiempo (como Kant en “Sobre la paz perpetua”), solo después de la Segunda Guerra Mundial los gobiernos más importantes se pusieron de acuerdo para aplicar fuerzas pacificadoras globales. 

Democracia: la democracia sirve para frentar a los presidentes borrachos de poder que llevarían a sus países a guerras sin sentido.

Realpolitik: Las bombas atómicas y otras armas muy destructivas que tenían tanto EE.UU como la URSS hizo que nadie quisiera atacar al otro para evitar la aniquilación mutua. Por suerte, funcionó.

La Guerra Ilegal: este es probablemente el cambio más importante respecto al pasado: durante la mayor parte de la historia, la guerra no era ilegal ni estaba mal vista: era simplemente una parte más de la política. Actualmente las Naciones se comprometieron a no declararse la guerra salvo en defensa propia o mediante la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Las fronteras entre países están protegidas y se ve con malos ojos a quien quiera iniciar una guerra.

Aunque a veces se incumplen estas normas (como cuando Rusia anexionó a crimera en 2014), no se puede comparar a como era la situación antes: en el siglo XIX eran anexionadas superficies que equivalían a 11 Crimeas cada año.



Es importante hacer notar que ahora la mayoría de los ciudadanos pensamos que la paz es valiosa para todos. Es decir, queremos la paz, y aceptamos la guerra solo si es para evitar males mayores. Durante la época romántica se veía a la violencia como parte vital de la Naturaleza y como motor del progreso. Hoy esa visión cambió drásticamente. Solo basta con leer a Hegel: “Las guerras son necesarias, pues salvan al Estado de la petrificación y el estancamiento”.

Puede que la guerra no sea sino otro de los obstáculos que una especie ilustrada aprende a superar.

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