EL EFECTO INVERNADERO

 LO MÁS ALARMANTE ACTUALMENTE: GASES DE EFECTO INVERNADERO.

Hay un dato alarmante que no podemos dejar pasar: en nuestra atmósfera hay mucho más CO2 que antes de la Revolución industrial: de 270 ppm pasamos a 400, y la temperatura se elevó 0,8 grados celsius. Lo máximo que se considera adaptable es una subida total de 2 grados C.



Pero incluso para contener la subida hasta los 2 grados C, tenemos que reducir todas nuestras emisiones de gases de efecto invernadero totalmente para antes de que termine el siglo. Y esto será muy difícil, principalmente porque todavía dependemos demasiado del carbón y sus derivados: por ejemplo, los combustibles fósiles hoy todavía proporcionan el 86% de la energía mundial.

No hay dudas de la existencia del cambio climático: De hecho, es la hipótesis científica más vigorosamente cuestionada de toda la historia, y todos los principales cuestionamientos han sido refutados.

La solución ilustrada al problema del cambio climático consiste en descubrir cómo obtener la MÁXIMA ENERGÍA con la MÍNIMA EMISIÓN de gases de efecto invernadero. Aunque actualmente nuestras emisiones son mucho más eficientes que antes (calculando según cuánta energía necesitamos para aumentar nuestro PIB, por ejemplo), el hecho de que ahora usemos tanta más energía que antes hace que nuestras emisiones hayan seguido aumentando.

TARIFICACIÓN DEL CARBONO: EL IMPUESTO SALVADOR.

Poner impuestos sobre el carbono o un límite nacional de créditos comercializables puede ser una alternativa para comenzar a regular más fuertemente las emisiones. Los economistas de todos los espectros políticos respaldan esta medida. Y además está apoyada por ideas liberales: hacer que millones de personas decidan, en función a sus preferencias, en qué gastar sus “bonos” o sus impuestos de carbono. Y lo mejor es que no necesitan calcularlo por separado; el impuesto estará automáticamente aplicado al precio, y entonces al mismo tiempo cada usuario elegirá en qué gastar y las empresas tendrán incentivos para reducir sus emisiones a fin de producir cosas más baratas y ganar a la competencia.




La fuente de energía sin carbono más abundante y expansible actualmente es la energía nuclear. La extracción de uranio deja una huella medioambiental mucho menor que la de carbón o petróleo, y necesita una superficie 500 veces menor que la eólica o la solar. Además, es la más segura de todas ellas, si miramos las estadísticas.

Lo malo es que la gente no entiende a la energía nuclear, y esto hace que le tengan miedo y que las organizaciones que supuestamente buscan protegernos hagan que cada vez se produzca menos y genere justamente el efecto contrario: en vez de favorecer a una energía limpia que podría ayudarnos a dejar de depender del Carbón, la ponen en peligro de extinción.

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