Estudiar creando una película

 Los seres humanos tenemos, en general, una gran afinidad por las buenas historias. Las escuchamos en los mitos y leyendas, las leemos en las novelas, y las vemos en las series o las películas. Las contamos y las escuchamos en la mayor parte de las reuniones sociales que tenemos. Contar historias es nuestra forma predilecta de compartir información (¿Quién no empezó el argumento de algún concepto con una anécdota, para ejemplificar mejor la idea?). Esto ocurre así porque nuestro cerebro tiene mucha facilidad para asimilar historias, está determinada biológicamente para ello.

 A nuestros ancestros les servía de mucho compartir información a través de historias para así saber dónde había comida, qué lugares eran seguros, qué otros eran peligrosos, etc. Es la manera en la que nuestra especie pasó información sobre nuestro entorno por millones de años, y por lo tanto, nuestro cerebro está enormemente capacitado para captar información de esta manera. No nos sorprende, de hecho, la cantidad de información que captamos cuando vemos una película, de manera prácticamente inconsciente. Basta con verla una o dos veces para asimilar toda la estructura general de la mayor parte de las películas, y si la vemos 3 veces en general ya incluso nos recordamos que los detalles más pequeños, los nombres de los personajes, y nos consideramos casi unos expertos en ella.

Estudiar bien debe parecerse a ver una película


Visualizar es un aspecto fundamental del aprendizaje. Lo que no podemos visualizar, es casi imposible de aprender. Es por eso que vale mucho la pena intentar transformar la información que vamos leyendo en una secuencia de imágenes, o mejor dicho en un video que vayamos viendo en nuestra mente como si se tratase de una película, de un documental. De esta manera, tanto el esfuerzo mismo de convertir lo que leemos en imágenes como la visualización misma de la información servirán para que entendamos la información a un nivel totalmente diferente a si simplemente nos sentamos y leemos lo que estudiamos, sin realizar los pasos que citamos anteriormente.

Cómo creamos un video de lo que vamos leyendo

Para formar un video de lo que vamos leyendo existen ciertas nociones importantes para tener en cuenta. En primer lugar, la información debe estar correctamente ordenada. Así como en una película se inicia por la presentación de los personajes y el escenario, es decir, por las generalidades del trama, de la misma manera debemos empezar visualizando lo más general y lo más importante. El orden correcto de la información es primordial. Y al ordenarlo, debemos preguntarnos: Si fuera una película, ¿sería lo primero que veríamos?
Otro fundamento para la visualización correcta consiste en que los datos que vayan apareciendo en la lectura sean los justos y necesarios; no debe faltar ningún dato que sea necesario para el correcto entendimiento del mismo, ni tampoco deben sobrar datos innecesarios que interrumpan la historia. 
Por último, es necesaria una velocidad de lectura correcta para que los datos vayan apareciendo a una velocidad que permita la creación constante del video mental. Para ello no debemos ir ni muy lentos ni muy rápidos. En realidad, y aunque no lo creas, la mayoría de las personas tienden a ir demasiado lentas en su lectura, lo cual dificulta a la mente ir uniendo las ideas entre sí para formar imágenes.  

La solución para los primeros dos puntos, y también una parte importante para lograr el tercer punto, es la correcta elaboración de un resumen. Este resumen, como he dicho anteriormente, debe tener los datos ordenados de manera correcta de tal manera que colabore en la visualización del tema. Debe estar elaborada en una prosa simple y directa, similar a los cuentos de niños, que ya te darás cuenta colaboran a evocar rápidamente imágenes y escenas. También te permite agregar o sacar datos importantes o irrelevantes, con lo cual se cumple el segundo punto. Mediante estas modificaciones, y junto a que podemos ir poniendo el tipo de fuente que más fácil nos es leer, el renglón que más nos beneficia, etc. también colaborará con acelerar la velocidad de lectura. Si bien la lectura rápida debe trabajarse aparte, la elaboración de resúmenes resulta indispensable para sacar el máximo potencial de ésta.  

En otros artículos escribiré mejor sobre la elaboración de resúmenes y sobre el entrenamiento de la lectura rápida. Por lo pronto, recuerda que de ahora en más, cada vez que estudias un tema debes hacer el esfuerzo de visualizar todo lo que vas leyendo como si fuera un documental. De esta manera estudiar es más eficaz, y mucho más divertido. 


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