[Exámenes] 6- Examen

  Ya acabamos con todo el proceso. Dar un buen examen es ya casi una seguridad. Nuestro proceso de aprendizaje fue óptimo, y hemos memorizado y aprendido todo lo necesario. Ya sólo faltan ajustar pequeños detalles.

  El día antes del Examen.


  Un repaso ligero es suficiente. Sin ponernos nerviosos, esto es fundamental. Sólo superficialmente, a fin de tranquilizarnos un poco más, ya que evitar totalmente los nervios y la ansiedad es imposible. Es importante comer liviano, sobre todo la cena, y evitar cualquier producto energético, a fin de que nos provoque (bueno, en realidad empeore) la somnolencia. Incluso un té tranquilizante puede ser una excelente opción. Tenemos que terminar el día sintiéndonos lo más seguro posible, y quizá con una  pequeña ansiedad positiva por dar la prueba.
  Prepara ya todos los materiales que necesitarás para dar la prueba. También, asegúrate en lo posible de ya contar con todos los preparativos para la movilización y otros detalles. Recuerda que el día siguiente, necesitarás estar todo lo relajado y tranquilo posible, así que cualquier interferencia de ese tipo podría crearte un stress y desequilibrio que podría costarte bastante caro.

El día del Examen.


  Este día, tienes que levantarte bien. Así que, en lo posible, levántate con buen tiempo de sobra.
  El desayuno, que sea bien ligero; depende de tu gusto, un café o un té son muy buenas opciones. Cereales también, que contienen los nutrientes necesarios para un buen desempeño en el día. Come lo suficiente como para saciarte, pero no te pases; no es bueno pasar hambre, pero estar muy lleno es perjudicial, ya que el oxígeno que necesitamos para utilizar nuestro cerebro va a estar comprometido también para la digestión, lo cual nos puede ocasionar malestar general y por ende mermar nuestro rendimiento.
  Si manejas, intenta ir con calma y despacio. Para esto nos despertamos bien temprano, para no tener ninguna prisa. Es menester permanecer tranquilo y sereno durante todo el momento previo y durante el examen. Sino, corremos el riesgo de perder ciertas facultades y que nuestro desempeño baje.

Ya en el Examen.


  Intentemos mantener la calma en todo momento. No desesperémonos; veamos el momento como una oportunidad para demostrar lo que sabemos, con las mínimas presiones que podemos ponernos. Que sea, sobre todo, divertido.
  Es importante controlar el tiempo que tenemos. Un método que suelo utilizar consiste en dividir la cantidad de tiempo que tenemos por cada ejercicio. Así, si por ejemplo tenemos 2 horas para 60 ejercicios, 120/60= 2 minutos para cada ejercicio. Entonces, debes de promediar un valor un poco menor para resolver los ejercicios más fáciles, y así tener más tiempo para los que son más largos, complejos o difíciles.
  Si no sabemos un ejercicio, mejor pasémoslo y dejémoslo para el final. Así, con tiempo de sobra, podemos ponernos a jugar con nuestra imaginación y conocimientos adquiridos para dar con la respuesta de este problema.
 Es muy necesario mantener la concentración para evitar errores infantiles, que pueden costarnos caro. No tenemos que apurarnos de sobremanera, pues el apuro es padre de este tipo de error. Así, tampoco debemos perder tiempo ni dejarlo correr, pues es también acá en donde se pierde la concentración y la agilidad mental.
  Por último, si nos sobra tiempo, intentemos repasar nuestros resultados. En este momento, podremos darnos cuenta de si pasamos de largo algún detalle.


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